Cuando creé este blog, en 2009, no era consciente de que ese camino que me había llevado hasta allí y en el que continuo, era y es mi camino de vuelta a casa... ni siquiera era consciente de lo que esto significa y recién ahora lo estoy descubriendo. Creé este blog porque quería darme a conocer en Vigo y en Galicia. Acababa de llegar a esta tierra y quería trabajar como terapeuta. Crear un blog me pareció un medio estupendo para pro-mover esto que yo quería.
Mucho ha sido el recorrido en estos años a nivel personal y profesional. Muchos los regalos que me ha traído esta creación que me acompaña desde entonces. Entre ellos lo que yo quería, oficiar la psicoterapia.
Así pues es momento de agradecer y de compartir.
Agradecer a mi familia primera y originaria de Talavera de la Reina, a la que llegué hace 49 años y de la que vengo cada día que amanece, para recordar quien soy y no olvidarme de lo esencial.
Agradecer a la segunda familia que he ido formando a lo largo de estos años y que me sigue con-formando. Personas que me han acompañado y me acompañan desde su lugar y desde su saber. Agradecer profundamente los dones recibidos a través de su presencia a mi lado y en la distancia. Agradecer profundamente sus enseñanzas... todas y cada una.
Y así entender desde esta gratitud, que la vida no sólo consiste en respirar y en tener presente el latido del corazón... sino que también consiste en compartir este latido y este aliento.
Entender que la vida se ensancha y se amplia en cada encuentro... una vez se transita la oscura estrechez de la soledad del miedo, una vez nos dejamos caer en el sostén grande y permanente del Amor.
Aquí es cuando llego a casa... cuando abrazo la certeza de saber que esto es así a cada instante y que no soy yo quien lo tiene que hacer y que nadie lo tiene que hacer por mí. Que ya estoy siendo sostenida. Que ya estoy siendo amada. Que yo sólo he de tener Fe.
Entender que la vida se ensancha y se amplia en cada encuentro... una vez se transita la oscura estrechez de la soledad del miedo, una vez nos dejamos caer en el sostén grande y permanente del Amor.
Aquí es cuando llego a casa... cuando abrazo la certeza de saber que esto es así a cada instante y que no soy yo quien lo tiene que hacer y que nadie lo tiene que hacer por mí. Que ya estoy siendo sostenida. Que ya estoy siendo amada. Que yo sólo he de tener Fe.